Solo te preocupa lo que puedas ver, tu mundo se reduce a lo que vos jugas.

Al fin y al cabo, hoy voy a escribir sobre obviedades. Igual ojo, hay obviedades y obviedades (aproximadamente en esta entrada la palabra obviedades se va a leer unas 500 veces, no me voy a hacer la escritora que usa sinónimos para no repetir las palabras, digo lo que quiero y me hago la revolucionaria).
Existen las cosas obvias que sabemos, pero simplente nunca nos pusimos a fijarnos en los obvias que son y las obviedades puras, que ya se las llega a comparar con pelotudeces, o en el peor de los casos se las define usando la palabra "común", que en lo personal, le tengo rechazo.
Lo que voy a decir ahora, va a ser una de las primeras obviedades que dije, las que sabemos, pero nunca pensamos. Es plenamente frustrante intentar se una persona feliz, y en el camino, tener que cruzarte aproximadamente 80 inadaptados por respiro. Hay mucha gente soberbía (al por mayor) que pretende ir por la vida vendiendo verdades absolutas a gente igual de inadaptada que ella que se la cree. En primer lugar, hay tres tipos de personas: las que saben, que al saber lo que saben, saben lo que no saben, y como no saben, no hablan y se dedican pura y exclusivamente a escuchar (porque es así como se aprende); los que no saben, y saben que no saben y se dedican basicamente a no saber, no hay necesidad de saber para ser mejor o peor que alguien, pero por lo menos hay una cosa que si saben, y es que no saben nada, por más dilema que eso les produzca; y por último, en mi opinión, los peores, los que creen saber todo (los inadaptados que nombraba más arriba), me dan lastima, y los considero gente ciega, sin sentidos, que por poco ni sombra tienen, no podes hablarles, y si los escuchas es para que te hierva la sangre. Bueno, hoy aprendí que lo mejor que se puede hacer es sentarse y por más que cueste, escucharlos (mientras que decir incoherencias sea siendo gratis) y cuando ellos terminen de hablar, llegar a esta deducción "Que suerte que no pienso como vos"; ¿Por qué dije escucharlos? simple, por que si no los escuchara, me volvería igual que ellos, una persona pedante, y al fin y al cabo, uno para saber lo que no quiere tiene que saber lo que quiere, y uno así quiera o no, aprende.

Y así fue como escribí otra entrada inútil, pero ahora vino con moraleja (el que la encuentre me que me diga cual es).

Feliz domingo.

Esta foto es el vivo ejemplo, del especimen de ignorante del que les hable.