jueves, 17 de mayo de 2012

Te espero en el infinito.

8 meses, 16 días que no te tengo. Justo hoy tenía que elegir para ponerme a pensar. Puto 16, siempre que te quiero me decepcionas.
Te extraño, ya no tengo tus abrazos ni tus gritos cada vez que llego a casa, no tengo el sonido de tu tele a todo volumen hasta las 2 de la mañana, no tengo ese postrecito con sabor a licor que tanto me gustaba, en fin, no te tengo a vos. Y discúlpame por nunca haberte aprovechado todo lo que merecías, es que siempre viví con ese miedo de encariñarme con mucho a alguien sabiendo que algún día se iría, ahora me arrepiento por tenerle miedo a la vida, pequeño gran costo el de vivir hoy en día.
¿Qué manera inútil de escapar la mía, no? Creo que de todas las estupideces que puedo hacer, no aceptar las cosas es una de ellas, pero ¿qué me pueden decir? No es fácil aceptar que alguien se fue. 
Pero acá estoy yo, y allá estas vos, lejos, bien lejos mío. Y allá estas vos, y acá estoy yo, pero eso no cambia que sigamos entando en dos lugares diferente ¿no?
Si te pudiera decir algo ahora, sería que me esperes, que algún día te voy a volver a abrazar y cuando te agarre la mano no va a pasar lo mismo que la última vez, nada más nos vamos a reír mientras caminamos en nubes de algodón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario