Dejarte ir no fue lo más difícil, si no pensar que ibas a darle a otra persona todo aquello que fue mío alguna vez. Y a pesar de que hoy te extrañe con cada músculo y neurona que tenga, se que estas lejos, regalándote la oportunidad de ser feliz con alguien y que yo no soy nadie como para sacarte eso.
Amargándome sola acepto que aprendí a quererte cada día un poco más, amaba la forma en la que reías y como tus ojos rojos me miraban. Aprendí a vivir sabiendo que algún día te iba a tener que soltar, siendo siempre consiente de que lo que hacíamos estaba mal. Aprendí a sufrir por vos y a equivocarme para con vos, y aunque no lo creas gracias a eso crecí siendo capaz de escribir esto ahora.
Y es ahora que entiendo como son las cosas, acepto las consecuencias de mis acciones sin arrepentimiento alguno admitiendo cada uno de mis errores. Esperando vos puedas hacer lo mismo y te tragues tu orgullo, entendiendo que vos siempre fuiste tan consciente como yo habiendo hecho todo lo que hiciste. Rogando que cuando me vuelvas a decir "te amo, pero lo nuestro no puede ser", me mires a los ojos y entendiendo que ya no voy a volver.
Ahora no puedo hacer otra cosa más dejar de lado mi egoísmo deseándote lo mejor, esperando que seas más feliz que nunca, esperando que entiendas que este corazón idiota siempre va estar al lado tuyo para lo que necesites. Y ahora que te estoy dejando te canto las cuarenta diciéndote que perdón por todo lo que nos hice sufrir, perdón por enamorarme, por enamorarte y por último, perdón por dejarte.
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