que con su magia me hace temblar, bailar y reír.
Pero después de unas cervezas con sabor a dolor pintamos todo de escarlata,
recuerdo que estábamos hablando de filosofía barata,
puros delirios fanáticos,
y cuando abrí los ojos me di cuenta que estábamos en tu cuarto
la luz apagada,
tus dedos jugando con los botones de mi escote,
mis manos perdidas en algún lado
y nosotros dándonos lo que nos podemos dar,
unos minutitos de adrenalina
para mentirle al mundo,
mentirnos a nosotros
y pensar de que le escapamos a la soledad
después de haberla abrazado tanto tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario