Y lo que pasa es que cada tanto me pierdo.
¿Cada tanto? Siempre, cada día, cada minuto.
Soy una ecuación que nunca pude resolver y en el intento de hacerla pierdo libros, pierdo sonrisas, pierdo el primer colectivo a la madrugada, me pierdo a mí.
Siempre intento todo de vuelta, empezando de cero, pero después de un tiempo al parecer, siempre es el mismo cuento.
Es el constante infortunio de sentirse incompleto.
El constante infortunio de no saber que querer.
El constante infortunio de auto-sabotearse poniéndose a prueba, sin saber por que.
El infortunio de tenes que probar algo para ganar confianza en uno mismo.
Y de a poquito,
cada vez
más rapidito,
uno se da cuenta de lo que pasa;
¿Qué se siente?
¿Qué cosa?
¿Cometer el mismo error, una y otra vez?
Común, problema mío por suerte.
¿Usted cree que ese es el problema?
Sí no es el problema, ¿cuál otro sería?
Repetir el mismo error una y otra vez, es parte del problema, el verdadero problema es esperar un resultado diferente cada vez que se repite el error. Que exista un mínimo de cambie en el resultado, una pequeña cuota de esperanza que te hace creer que las cosas tal vez cambien.
¿A dónde espera llegar diciéndome esto?
A que no te diste cuenta, que cada vez que repetiste un error te ibas volviendo loco. Porque de eso se trata la locura, de repetir la misma acción, esperando un resultado diferente.
Puede ser que tengas razón, por suelte la vida no es considerada como una ciencia exacta.
|
Soy el capitán de mi alma.
|